22.
"¿es, como yo imagino, una bailarina
que lleva demasiado tiempo y peligra,
siempre, siempre apoyada sobre una sola pierna?
-olvidó, como yo imagino,
la otra pierna,
...
la extraviada joya gemela ..."
La mítica muerte de Dioniso propicia la pierna de Apolo, el adivinador del Olimpo, legislador del mundo, hacedor de destinos incluso sobre o más allá ya de un destino dado
el señor del arco de plata, Apolo que dispara lejos ...
Efectivamente, se dice -of course, ya en un ámbito de absoluta manipulación- que en el sancta sanctorum del santuario de Delfos -extraño y dificil instituto aún más difícil si tenemos en cuenta que su nacimiento marca el inicio de la historia ininterrumpida de Occidente; al principio una capillita sin patronato ni capellán en un lugar aislado, un oráculo más entre los miles que había en todo el mediterráneo; y después ya todo o casi todo, es decir una especie de Corte Suprema de Justicia, Tribunal de arbitraje, Servicio de consultoría a inversores internacionales, Tribunal electoral, psicólogo del corazón, y muchos etcéteras más; y todo lo cual lo ejercía mediante una sacerdotisa que se expedía, previo pago de onerosa tasa, mediante versos que sonaba más a un acertijo que a cualquier otra cosa- en el sancta sanctorum que estaba, logicamente, en el Templo de Apolo, había o estaba nada menos que "la" tumba de Dioniso. Dioniso debe morir, por lo menos nueve meses, porque Apolo está de feria los tres meses de invierno -así no se sospecha los temblores de la cabra- y le deja su santuario a Dioniso esos tres meses.