15.
Primera lectura del profeta Aristóteles, Metafísica libro IV, 1009b y ss.: En aquel tiempo de los luengos siglos de los vorsokratiker, se citaba "también esta sentencia de Anaxágoras a sus amigos las cosas serán tales para ellos como las pensaron. [virtualidad?] Y se dice que Homero parecía ser de esta misma opinión, pues describió a Hector, cuando deliraba a causa de una herida, yaciendo, con la mente extraviada, queriendo decir que aún quienes desvarían piensan, mas no las mismas cosas. Es obvio que si ambas son formas de sabiduría, los seres son al mismo tiempo así y no así. Es aquí donde las consecuencias son las más difíciles de admitir. Pues, si quienes han visto más preclaramente toda la verdad posible, y estos son los hombres que la persiguen y la aman en grado sumo, profesan tales opiniones y manifiestan tales ideas sobre la verdad, ¿cómo no serían presa de desaliento quienes intentan filosofar? Buscar la verdad sería como perseguir aves al vuelo. La razón de la opinión de esos pensadores consiste en que mientras ellos escrutaban la verdad de los seres, suponían que eran solo seres las cosas sensibles. Pero a ellas es inherente en gran medida la naturaleza de lo indefinido, es decir, del ente en el sentido que hemos señalado. Más, aunque sea verosímil lo que dicen, no dicen la verdad ..."